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miércoles, 28 de marzo de 2012

Diario de una Inquietud (cuatrigésimo sexta entrada)

CUATRIGESIMA SEXTA ENTRADA
 Quizás no solo me ha llegado a sorprender hallar un libro en las librerias titulado de la misma manera que yo tenía pensado nombrar a este mi diario personal, Diario de una Inquietud, sino que además resultaba ser un autentico éxito de venta. Miré con curiosidad quienes era el autor, pero curiosamente se escondía bajo un seudonimo, El Vendedor de Humos. Me prometí a mi mismo mirar por internet en cuánto llegase a casa quien se escondía bajo tal nombre.
Sin embargo otra cuestión más importante me preocupaba en aquel momento, y no era otra que la la llegada masiva de correos electrónicos con un contenido espeluznantes. Muchos podrán determinar que todos los días nos llegan mensajes en cadenas a nuestros ordenadores sobre cuestiones escalofriantes, pero lo que más me preocupaba de todo esto era que todos los que me llegaban de un emisor desconocido versaban sobre niños pequeños secuestrados, luego para mayor impacto, se acompañaban de fotos de bebes muertos en condiciones escalofriantes.
Muy posiblemente ese Diablo, tal como lo llamó desde ese mensaje que me envió al móvil haciendo referencia al número de Satanás, sabe cual es mi punto débil que no es otro que mi pequeña Jimena, una niña fuerte y sana, que cada vez se parece más a su madre en la finura de sus rasgos, por lo que no duda en atemorizarme así. El problema es que no se que desea de mi, pese a que más de una vez le he dado a responder el correos electrónico pidiendo una explicación a tales envíos.
Lo curioso que a la vez que llegan los mensajes, la publicidad que aparece en un lateral de la página web es siempre la misma, “De Madrid al Cielo. Conócenos” apoyada en varias fotos de la capital de mi país, donde además de los lugares clásicos como la Puerta del Sol, el Prado, aparece la escultura del Ángel Caído del Parque del Retiro, la única escultura por lo que he podido averiguar dedicada a Lucifer en el mundo. ¡¡Ya lo que me falta es tener que vender mi alma para no ver sufrir a los míos!
Voy a desconectar un poco tras almorzar leyendo un rato, ¿os podréis imaginar que libro? Pues si, es Diario de una Inquietud, me lo ha regalado Marian alegando que ha leido por los periodicos que es todo un éxito con muy buena crítica. Le daremos una oportunidad para ver si así no pienso en el peligro que siento acecharme.

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